domingo, 28 de diciembre de 2008

El papel del dolor en el parto

Siguiendo con el tema abierto por Estefania (El parto, la epidural, y el dolor), os pego un texto que habla sobre la función del dolor en el parto. Que cada cual examine sus sentimientos al respecto y saque sus conclusiones ...

La mia es: ya que durante tantos años hemos creado tanto miedo en la mujer sobre su propio cuerpo y la capacidad para parir, al menos respetemos la fisiologia del parto (el la medida de los posible y lo que la epidural permita) y los deseos de la mujer, mientras desmontamos toda esa violencia "invisible" sobre la mujer para que el dolor no sea el elemento que convierte a muchas mujeres en temerosas hacia su propia esencia y naturaleza.

Aqui está el texto (gracias a Susana por enviarlo):

Las sensaciones de parto

Las sensaciones de las contracciones del parto son saludables y tienen su razón de ser parabién físico y emocional. En el aspecto emocional, la respuesta física y hormonal custodia la satisfacción y se relaciona a la protección y sensibilidad de la madre hacia su bebé.

En lo físico, provee a la madre las señales para mover su cuerpo a favor de las rotaciones fundamentales del bebé. Las sensaciones del parto dan libertad, y promueven una experiencia individual marcada por ritmos, circunstancias, ritos y tiempos.

Las sensaciones del parto en general son unas de las más intensas que puede sentir un ser humano. A su vez, el nacimiento es uno de los pocos acontecimientos donde el dolor es salud.

En las sensaciones de parto existe una cadencia -en cada parto es distinta- que dirige a la madre. Las sensaciones pasan de ser tolerables, cuando la mujer siente la excitación de saber que pronto tendrá su bebé en los brazos; se van intensificando hasta que la mujer se ensimisma; y finalmente se tornan maravillosamente intensas hasta el punto en que la madre percibe, en muchos casos, que su ser y su cuerpo trabajan separados y al unísono.

Las sensaciones en su intensidad - antes y al comienzo del reflejo de expulsión- ayudan a lograr el fenómeno del sueño entre contracciones: un cansancio exquisito, necesario, determinado por la naturaleza y que produce un sueño profundo entre contracciones. Esta parte del proceso de parto ayuda -junto a otras cosas- a renovar energías y suplir fuerzas para terminar el parto y establecer la lactancia inmediata.

Muchas mujeres prefieren que una persona las ayude a manejar la intensidad en las sensaciones del parto a través de apoyo emocional y físico. "El dolor", entonces, es percibido como tolerable y es deseado. En repetidas ocasiones las mujeres que se educan sobre el ciclo de la maternidad evitan utilizar medicamentos para evitar o disminuir la intensidad del parto.

Las mujeres que logran vivir la experiencia de parto ambulando, tomando líquidos o alimentos, permitiendo al cuerpo las posturas que mejor se ajusten a su necesidad sienten mayor placer, lo que disminuye el deseo de usar medicamentos para evitar el dolor: prácticas evidenciadas.

El confinamiento de la mujer a una cama y la limitación para satisfacer las necesidades físicas y emocionales provocan malestar, lo que aumenta el dolor de manera no natural y la utilización de analgésicos, narcóticos y anestésicos: disminuye los cuidados basados en la evidencia y la satisfacción en el acto de dar vida.

El dolor del trabajo de parto guía a la madre. El cuerpo es sabio y pide posiciones que estén en armonía con las rotaciones y descenso del bebé ayudando a que su cabeza o pelvis abra camino con el menor sufrimiento posible. Las sensaciones del parto son la única señal física para mantener este vital trabajo y ritmo entre el dúo madre-bebé.

El dolor en el parto es todavía un misterio para los científicos. Se sabe que durante la gestación casi todas las fibras nerviosas sensitivas al dolor que se encuentran en el cuerpo del útero desaparecen, mientras, que el mayor número de ellas se encuentra en su cuello. Por análisis de lo conocido, se cree entonces que la respuesta del cerebro al dolor hace que se segregue la oxitocina necesaria para que la mujer de a luz.


Simplemente y por respeto a lo desconocido los cuerpos del dúo necesitan espacio para ser, así mantener y culminar su parto: y de seguro reducir el % de cesáreas tal y como sucede en países donde trabajan el parto fisiológico.

Es una realidad entre las mujeres, y también de la la ciencia que trata los aspectos biológicos y sociales del ser humano, que las sensaciones de las contracciones del parto son primitivas, originales, primordiales, fisiológicas, saludables, orgánicas, de progresión creciente, perfectas y son consonates con la vida -inherentes al proceso de nacimiento.


A su vez, este dolor de vida hace que el cuerpo genere las endorfinas que ayudan - entre otras- en aumentar: el bienestar, la tolerancia, el sentido de protección, el deseo de amamantar, el estado de alerta; e imprime en cada célula y espacio del alma la sensación de logro, satisfacción, confianza personal y apoderamiento en la mujer... también produce un poco de amnesia.



El "cocktail" natural de hormonas también juega un papel importantísimo en la supervivencia del neonato -su respiración, su estado de alerta, su calor corporal. El justo balance de hormonas crea una fascinación necesaria, una atención dirigida -única- entre madre bebé y que establece un apego saludable que precede a toda una vida.

En fin, es importante evitar juzgar a una madre por el uso de medicamentos para evitar el dolor. Es una decisión muy personal -algunas mujeres maltratadas, por ejemplo, no pueden tolerar más dolor o por mil razones más-. Lo esencial es cuidar la memoria de parto de cada mujer. En lo posible sí informar sobre los riesgos, los beneficios, el consentimiento informado y la importancia de escoger un buen proveedor de servicios de salud que facilite información fidedigna, permita libertad, compañía en el parto y el amamantamiento inmediato y exclusivo. Las sensaciones de parto deben ser estudiadas y dadas a conocer a las madres desde el embarazo, para entenderlas y desearlas parabién.

Debbie Díaz Ortiz

Partera

MPH, CPM

Puerto Rico

Enlace:

Red Latinoamericana y del Caribe por la Humanización del Parto y Nacimiento www.relacahupan.org

4 comentarios:

Estefania dijo...

Qué interesante!
Yo era de las que me dormía profundamente entre contracción y contracción y no sabía que era "normal".


Claro, como me dormía, me perseguían con "estás agotada, ponte la epidural, ponte la epidural!"


A la cama no te irás...

Virginia dijo...

Yo era de las que entre contracción y contracción me descojonada de la risa....la misma matrona alucinaba conmigo. Empezaba con un grito y acaba meada de la risa.
Era un subidón de hormonas increible!!
Estoy deseando pasar por lo mismo de nuevo (espero en breves, ya estoy de 39+4 ss)

Anónimo dijo...

how can you write a so cool blog,i am watting your new post in the future!

Anónimo dijo...

YO YA CASI DOY A LUZ! Y SOY ENEMIGA DE LA PELVIMETRIA Y LA EPIDURAL... PERO TENGO ANGUSTIA POR LA SENSACIÓN DE LAS CONTRACCIONES!!!!! SIN EMBARGO QUISIERA TOLERAR HASTA QUE MI BEBE VENGA DE FORMA COMPLETAMENTE NATURAL!!!! OJALA ASI SEA