lunes, 6 de octubre de 2008

Violencias ¿Invisibles?: Apuntes de un seminario de Laura Gutman

Nuestra amiga Olga, acudió a un seminario de Laura Gutman y estuvo tomando estos interesantes apuntes sobre la violencia. Aviso, es duro, entre otras cosas porque nos obliga a mirar nuestro lado oscuro. Pero de ese analisis siempre se pueden extraer cosas positivas. Dice lo que ya sabemos pero nos negamos a ver, tapandonos los ojos y cubriendolo con medias verdades o imágenes y frases estereotipadas.

Es largo, pero aqui estan las respuestas a todas las preguntas que siempre te has hecho.

No te pierdas más abajo el video. "Children see ,Childrens do"
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Intenta que veamos otros puntos de vista. Nos cuesta salir de nuestro pensamiento lineal. Básicamente todo lo que hacemos está basado en el miedo.

Todos los bebés humanos, al nacer, esperan encontrarse con el mismo confort que tenían en el útero. Sólo pueden tener dos sensaciones: o de bienestar, o de muerte

Nos empeñamos en ver al bebé como un adulto en pequeño, y no es así.

En los 9 meses de embarazo extrauterino el bebé no debería estar NUNCA fuera de los brazos de su madre. Debería dolernos la separación.

Cuando el bebé necesita algo, lo necesita ya. Cada segundo que pasa es una sensación de vacío, de muerte. Para él, el tiempo no existe. Si no tiene lo que necesita, desarrolla mecanismos de supervivencia:

  1. Violencia activa. Un niño agresivo en la guardería o en el colegio, aún con padres amorosos, es un bebé desesperado queriendo ser amado por su madre. Los adultos le echamos la culpa al niño, decimos que nació así, que será la genética… Cuando se vuelve adolescente, se convertirá primero en un seductor que luego maltratará a las chicas. Es tal la desesperación que lo único que pueden hacer para obtener amor es pegar a otro. Pega en el momento en que se siente sutilmente despreciado.

    Cuando llega a casa y no está la comida hecha, la sensación de vacío de su madre es tan fuerte que tiene que pegar. No sabe hacerlo de otra manera.

    Estas personas se tienen en contra a sí mismos.

    Cuando maltrato a otro tengo la vivencia de que le estoy dando mi amor. Suele ser dentro de la casa y con el consentimiento de la madre (así se salva ella de ser nuevamente abusada). El abusador ama al niño de quien va a abusar.

    Una mujer que ve que su marido pega alguna bofetada a los hijos, y no está de acuerdo, tiene que buscar en su sombra su violencia interior. Nos casamos con nuestra sombra. Al casarse, aceptó todo eso.

  1. Violencia pasiva. Mi sensación es que no existo para mi mamá, aunque ella piense que está las 24 horas pendiente de mí. Voy a activar la violencia en el otro. Mientras el otro me pega o me grita, yo existo, yo soy.

    Todo el mundo piensa que la culpa la tiene el que pega, pero el que es pegado también es violento. Es una futura mujer maltratada. Mientras creamos que el problema es del maltratador, no vamos a salir del circuito de violencia.

    Toda mujer que se casa con un hombre violento, es también una mujer violenta.

    El niño abusado es un niño solo, desesperado de amor, que lo más amoroso que recuerda es el amor dentro del abuso. Lo más terrorífico para el niño no es el abuso, sino el desamparo y la soledad que le obligó a permanecer en el abuso. De mayor el niño se pregunta por qué no salió de esa violencia, y es porque necesitaba ese amor. Normalmente, de quien más amor suele recibir es del abusador. Luego, el va a hacer lo mismo.

    De la violencia pasiva a la activa se pasa en un segundo (“nunca hubiera creído que fuera capaz de hacer eso…”).

  1. Debilidad. En estos casos el niño se retira del campo de batalla, desaparece. Cuando habla sobre su propia infancia, no aparece nunca, como si no existiera. Sucede en los niños que enferman mucho. Solamente existen en la medida que se enferman, para que su madre les atienda.

    Cuando va creciendo nadie le hace caso, no molesta. Si falta a clase la maestra casi no se da cuenta… Es un niño con poca vitalidad. Se nota más en los adolescentes, es pasota, todo le da igual. Se nutre de la vitalidad ajena. Esto es de una violencia impresionante.

    En una pareja, no hay intercambio, uno da y otro recibe. Siempre le va mal, siempre necesita dinero, los demás le tienen que ayudar… Es una forma infantil de obtener, no obtiene mamá, pero obtiene dinero de sus hermanos –por ejemplo- aunque siempre lo vuelve a perder.

    De adulto tendrá una enfermedad crónica. Siempre parece que se muere, pero no se muere nunca. Tiene poder porque el resto de la gente está pendiente de él. Bajo la aparente debilidad obtiene todo lo que quiere. Esto se ve bien en las depresiones crónicas. Hay un hecho concreto que las desencadena, pero viene de lejos. Cuando una madre la sufre, siempre un hijo, normalmente una hija, queda atrapada para siempre en esa violencia, cuidando de su madre. Esa “pobre” madre es una mujer muy violenta. Le gusta que le encuentren una enfermedad rara para sentirse única. Ocupa todo el territorio emocional, y no cabe nadie más. Se dedica en la vida a obtener todo lo que no obtuvo en los dos primeros años de su vida.


  1. Adicciones. El bebé que no obtiene cariño, leche, contacto, miradas… se va a llenar de otras cosas como dulces, chocolate, televisión… (si a un niño le das a elegir entre juego-presencia y tele, siempre elige juego).

    Va buscando el amor, y el azúcar da un alivio inmediato. Siempre quiere más. En las tiendas quiere todo.

    En los bebés hay que cubrir sus necesidades inmediatamente, porque si no, de mayor, querrá todo ya (un cigarro, un café, comprar algo…). Si no lo obtengo en este momento, desaparezco.

    De mayor tomará drogas duras. Seguro que antes ha pasado por muchas otras adicciones invisibles (coca-cola…). Busca lo que no obtuvo de bebé: una satisfacción inmediata. No importa cuánto placer obtenga, nunca va a obtener mamá, y el problema es que no lo sabe. Sólo existe él y su necesidad, el otro no existe. Esto es válido sólo para el bebé.

    No hay forma de traspasar esta dificultad, por eso todos los programas de ayudas a la drogadicción fracasan. Mientras están dentro, como tienen atención, pueden tolerar la abstinencia, pero fuera no. Si hay algo que puedo hacer siendo adulto es comprender.

Todos participamos de alguna de estas formas de violencia.

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Abuso emocional:

Hace unos años la identidad de una madre era la maternidad (estaba bien visto, se sentían satisfechas…). Ahora es más la independencia. La sombra de la madre pensaba que ese niño le tenía que satisfacer.

Los dos o tres primeros años no se puede percibir si hay abuso o no, porque hay fusión emocional. Hay abuso si luego el niño quiere salir de esa fusión y la madre no se lo permite (porque perdería su identidad). Actualmente no se suele dar, pero nosotras somos hijas de esa generación. Podemos sospechar que hay abuso en los dos primeros años cuando la madre no permite que nadie entre en ese círculo, sobre todo el hombre. Hay madres que en ese momento cogen un cáncer –por ejemplo-, para evitar ese distanciamiento. (Qué ilusos somos al pensar que el cáncer viene sin motivo, si ni siquiera es contagioso…).

El tiempo de maduración de una crisis emocional suele ser de dos años, dos y medio. Hay que mirar para atrás para ver el posible motivo.

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Varios:

Toda madre hace lo mejor que puede para su hijo. El tema está en cómo lo recibe el hijo.

Tenemos tiempo de mirar, cuidad, tocar… a nuestros hijos hasta la adolescencia. Cuando son jóvenes ya es tarde. Hay que estar con ellos, simplemente estar, aunque sea mientras juegan al ordenador.

Lo que no ha sido nombrado en la infancia, para la conciencia no existe, no lo reconoce. Es más, si algo ha sido nombrado aunque no haya sido real, eso existe.

Hay dos herramientas básicas de la supervivencia humana, llanto y succión. Los adultos a ambos les hacemos la guerra.

Las situaciones que nos van llegando y nos molestan, es porque tenemos gran distancia entre el yo engañado y el yo externo. La vida nos va poniendo en situaciones que nosotros mismos vivimos como ajenas (por ejemplo, las enfermedades). El yo engañado intenta alejarse.

Si siempre estoy enfermo, para dejar de enfermar tengo que estar dispuesta a perder los beneficios que me produce esa enfermedad (atención, gente pendiente…). Es un beneficio oculto.

Una madre puérpera no suele enfermar, pero un padre emocionalmente inmaduro, está siempre enfermo, porque se ha desviado al niño la atención que antes recibía él.

Es más importante el apoyo emocional que tiene la madre, que el hecho de ser una madre inmadura. Por ejemplo, una chica joven que se casa con un hombre mayor, puede salir bien si está apoyada aunque ella sea inmadura.

El tema de los embarazos en la adolescencia, no es como creemos por falta de información…, sino que viene también por la violencia invisible en la infancia. La chica se queda embarazada porque quiere algo para sí, pertenecer, ser autónoma de su madreNecesita todo el apoyo de su familia para poder cuidar a su hijo, pero debe cuidarlo ella porque tiene capacidad, ya que el sostén lo hace todo. Si son los abuelos los que cuidan al niño, al año esa chica volverá a quedar embarazada.

Cuando una madre puérpera pide ayuda, la gente se ofrece a cuidar al bebé, pero lo que hay que hacer es mirarla, escucharla, abrazarla, preguntarle qué necesitaCuando ella es capaz de conseguir eso, el niño se calla.

Si emprendo un camino alternativo en la crianza, y alguien cercano no está de acuerdo, no tengo que pregonarlo y abanderarlo, sino ir explicando a la otra persona lo que me pasa, lo que siento, desde el yo real. Es como una partida de ajedrez, si muevo una pieza, cambia toda la partida.

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Biografía humana:

Se trata de organizar la vida de una persona incluyendo el juego de luces y sombras.

Una persona no puede hacerse la suya, porque la sombra debe ser proyectada, uno no la puede ver, ni nadie cercano. La sombra es lo que uno no sabe de sí mismo.

El yo engañado es el lugar que la conciencia organizó para sobrevivir, es un personaje que todos adoptamos en la vida. Hay que salir de ese yo engañado, para ello se utiliza la biografía humana, haciendo preguntas concretas, se consiguen saber cosas que la persona no sabe.

Para prevenir la violencia podemos hacer dos cosas:
  • Hablar en primera persona. No quejarse de los demás, sino hablar desde el yo. Tratar de tener los vínculos más sinceros con el otro, sea quien sea el otro. Nos movemos siempre con una superficialidad que duele.
  • Escucha activa. No significa someternos a las estupideces que el otro me quiera decir. Tengo que intentar hacerle alguna pregunta que le comprometa, que le haga indagar en su interior. Es el genuino interés que tengo por el otro. No dar consejos.

Todo niño está completamente conectado con la verdad. No hay nada que no sepa, pero necesita oírlo para organizarlo. Cuanto antes le empecemos a hablar menos nos costará. Primero tengo que descubrir mi verdad para no hablarle desde el yo engañado.

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Rabietas: se dan cuando el niño viene pidiendo algo que no fue escuchado. Hay que preguntarle qué necesita. Nos lo dirá. Antes de decirle que no, aunque pida algo imposible, podemos decirle: “ah, eso es lo que quieres… ¿y qué más quieres?”. Lo que necesita es ser escuchado, lo que pide son deseos desplazados.

Límites: cuanto más solos están los niños más buscan cariño, brazos… si no lo obtiene, pide –por ejemplo- chocolate. Y luego pide otro, y otro. Los adultos le ponemos el límite de un chocolate al día, y el niño se coge rabietas. Tengo que buscar qué necesita (y no es el chocolate). Entre los adultos nunca nos tratamos con esa falta de respeto que estamos tratando al niño. Todo el tema de límites es que el niño está solo, está desesperado. Lo importante es que el niño sepa que yo le escucho, aunque no le pueda dar lo que pide. Por ejemplo: no quiero que te vayas a trabajar. Escucharle diciendo: mi amor, ¿me echas mucho de menos?, ¿no quieres que me vaya hoy o ningún día? No despreciar los deseos del niño. En general cuando preguntamos sabemos los deseos del niño, lo que pasa es que los despreciamos.

Castigos: todos son injustos y no sirven para nada. Nunca le sirve a un niño para comprenderse más. Dan más soledad. La estructura psíquica del niño se aprende en casa. No hay que esperar que aprenda en el colegio a ser obediente, a comer… Si hay algo en el colegio que no me gusta, como un castigo, no hay mucho problema si el niño está fusionado, porque está amparado.

Leche de vaca y derivados: es mala para la salud. La creencia de que es buena nos la ha metido la industria (leche actual tal como la venden, la original con su nata es mejor). La caseína –proteína del la leche- es tan corrosiva que el aparato digestivo produce moco como prevención. Por eso ahora todos los niños tienen mocos todo el invierno. En China, donde no tomaban leche hasta hace 30 años, no había cáncer. Tampoco son buenas el azúcar blanca y harina blanca. Libros: “La mala leche”, “¿Lácteos? No, gracias”.

El gran problema hacia el que vamos respecto a la alimentación son los trastornos alimentarios. Las anoréxicas suelen provenir de una madre muy abusiva, tóxica, que contamina con su presencia toda la vida. Gana la batalla contra el hambre. Su personalidad es el orgullo por no comer, porque es la única batalla que puede ganar, todas las demás batallas contra su madre están perdidas. Esto no se cura en una clínica. Las bulímicas pierden la batalla contra el hambre, vienen de la más terrible soledad, abusadas, comen en soledad, se sienten desgraciadas.

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Libros recomendados:

- “La causa de los niños” Françoise Dolto

- “La enfermedad como camino” Rüdiger Dahlke y Thorwald Dethlefsen

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Opinión del Blog: Evidentemente se puede estar de acuerdo o no con Laura Gutman, para todo o para parte de lo aqui recogido. Pero es un tema importante de reflexión. Como este blog habla de parto natural principalmente muchos de los enlaces siguientes tienen que ver con el tema, pero la violencia es algo muy complejo en el que influyen multitud de factores, sociales, economicos, culturales, educacionales, y aunque la forma de nacer condiciona de forma importante el futuro emocional de madre y bebe, es la suma de factores la que hace surgir la violencia. Sin embargo estamos firmemente convencidos que cambiando la forma de nacer la violencia se mitigará enormemente. Buscamos que se entienda como influye un parto en todo esto.




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